La amistad ("Compañeros de derrota")
Conservo los abrazos del naufragio,
los brindis que no fueron por ganar,
la fe del camarada sin presagio
que apuesta por perder sin reclamar.
Mis socios no cotizan en la bolsa,
ni llevan oropeles ni disfraz,
su lealtad se escribe en servilletas
con manchas de ginebra polvo y jazz.
No preguntan por que yo ando torcido,
ni pasan la factura por quedarse,
los tuve en mi caída y en mi ruido,
los tengo aunque me dé por despacharse.
Y aunque el tiempo nos ponga en cuarentena,
y alguno se me muera sin aviso,
con cada copa suya, aunque esté llena,
me bebo la amistad como un hechizo.
