Antes que existiera el tiempo
opolo
A una velocidad distinta,
donde...
deletreo tus pestañas
dibujando mariposas de la nada,
donde
me encandila el cauce
de la sangre por tus venas,
sonrojando tus mejillas,
de color ultravioleta,
al compás de algún latido enamorado.
A manera que me acerco
hacia tu estilizado cuello,
adornada de sencilla ceremonia,
una cálida oleada de sabor indescriptible,
¿que sustancia misteriosa
hace evaporar la calma,
mientras bailan inconscientes mis palabras?
La velocidad me llama,
casi abrupta se atropella,
labios que, con vida propia,
argumentan en sus fueros
el dejar de atormentarse,
confundiendo sus temores,
entregados uno al otro.
sin dejar de acariciarse.
plenamente, poco a poco,
¿la velocidad sin tiempo?
la velocidad del alma.
Frank BCN DRA
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