(1987)
#Españoles Así 1987 De que
María, a nuestro lado, ¿qué rugía? Luz de octubre encendía la mañana. Mas luz de primavera en ti dormía, y luz en mí, de primavera humana. El Parque del Oeste en guerra ard…
Me han traído unas lilas... ...son blancas... y dan tan hondo… ...me llevan hasta mi mujer ya mue… ...las plantamos los dos juntos al… ...del jardín.
Mirar, pero no ver, colocar otros ojos, quizá los de aquel niño que viejísimo mira. Unos ojos perdidos
Así, prendido de la espesa rama como a nuevo Absalón me viste atad… Oh espesa rama que me tiene alzado a un viento vivo que ternuras bram… Oh viento! ¡Oh toro! ¡Oh llanto!…
¿Habrá algo más hermoso que quedar… Sólo el pájaro sabe de esta gracia y el horizonte aquel que de la luz… sin dolor, con un leve marcharse a… al calendario triste que siempre d…
Cicatriz de los hálitos; censura como trémulo párpado; un rocío del insomnio esculpido, tu cintura de diminutas flores albedrío. Es, tu cintura, tálamo de un río
No las oyes aunque corren... (¿Llevan envueltos sus pies en flores?) No las oyes
¿Qué importa cuanto no es azul o r… pequeño violeta o rojo suave? ¡Ay, lo que pasará, tal vuelo de a… conmueve la mirada más ansiosa; lo que no volverá!... Tan nimia co…
Milagros de cristal, ciegos deliri… en rubios mares de fervor mojados, rocíos de la aurora coagulados en párpados de luz, silentes irios… Broches del cielo, presurosos liri…
Resbalando por esta sima umbrosa, yendo sin freno el pie tras la mir… la mano tanteando en piedra helada… y presa la mirada en lumbre hermos… por esta sima voy. ¿Qué luz undosa
No sé de dónde venía, ni nada me sostenía. En sólo huir me entendía. ¿De un orto que no era un orto, yo
Solitario campo. Me encuentro conmigo. Soy mi descampado. Solitario cielo. Me encuentro conmigo.
El soneto es tan ágil como un brin… brinco de corazón o catarata despeñada en un tiempo que delata el deseo del curso hacia un ahínco de no ser y de estar. En él afinco…
¿Quién ha escrito en tu frente esa… frases tan misteriosas, tan oscura… Fronteras para el nácar, nervadura… de ónice en unos cielos aurorales. ¿Qué dicen, qué dirán esas geniale…
Aquí cesa el clamor; ya nada canta… Aquí el silencio su contorno impri… Sólo el pecho, nevado y tan sublim… de pie puede servir a la garganta. Ya, como con las albas, se levanta…