#Españoles #SigloXX
EL enjambre del pueblo. La explos… La luz organizada de las guerrilla… Tu ejemplo está estampando miles d… La columna vertebral de tu Améric… Vamos a convertir el odio en energ…
Cuando llueve y reviso mis papeles… tirando todo al fuego: poemas inco… pagarés no pagados, cartas de amig… fotografías, besos guardados en un… renuncio al peso muerto de mi terc…
Uno dice lo que dice, mas no dice… Los espejos no reflejan: transpare… Todo mira fascinante de frente, pe… Todo vuelve por detrás y es lo rea… En lo que veo, no veo; en lo que n…
La fatiga, la inmensa fatiga de los días repetidos. (Toda alegría supone algo de heroísmo.) Admirable enemiga,
Con cambiarte de traje, te cambio… (No adivinas mi angustia. No sé c… Si te revuelvo el pelo tú ríes loc… mientras a mí me duele sentirte ta… Tanto puedo variarte que no sé ya…
Salpicada de espuma, de salitre, desnuda, desde el mar, viene gritando: La vida, sí, la vida misma: ¡Un delirio por los prados!
Pececito esquivo, caballito que monto, delicia que no nombro, y quiero, quiero, quiero. Cuando te beso, acierto;
En el fondo de la noche tiemblan l… La luna es un grito muerto en los… Con su nimbo de silencio pasan los sonámbulos de cabeza de… pasan como quien suspira,
Quizás, cuando me muera, dirán: Era un poeta. Y el mundo, siempre bello, brillar… Quizás tú no recuerdes quién fui, mas en ti suenen
Mi estricta voluntad, mi punta sec… que está domando en ella oceánicas pasiones y rumores antig… a esa llaga amorosa que, sin forma… Si hiero, mato, engendro.
La vida que murmura. La vida abie… La vida sonriente y siempre inquie… La vida que huye volviendo la cabe… tentadora o quizá, sólo niña travi… La vida sin más. La vida ciega
Pero tú existes ahí. A mi lado. ¡… Muerdes una manzana. Y la manzana… Te enfadas. Te ríes. Estás existi… Y abres tanto los ojos que matas e… y me das la manzana mordida que mu…
Y si yo te toco, tú eres lo que er… y si no te toco, tú, tranquila, duermes. Tú, conmigo, todo; tú, sin mi, perdida;
Cuéntame cómo vives; dime sencillamente cómo pasan tus… tus lentísimos odios, tus pólvoras… y las confusas olas que te llevan… en la cambiante espuma de un blanc…
Deseada, ¡tan suave!, confín donde resbalo. ¡Oh siempre un poco ausente, suspendida en la nada! ¿Son tus ojos dulces?