El vio pasar por ella sus fantasma… Ella se estremeció de ver en él su… Él no quería perseguir sus fantasm… Ella quería creer en sus fantasmas… Montó en ella, corrió tras sus fan…
Me llega la secreta zozobra que en el aire deja ligeramente una hoja caída. La lucidez inerte
¿Dónde está el alma? Tus mejillas anidan pensativas. ¿Dónde está el alma? Tus manos ponen atención. ¿Dónde está el alma?
Mi patria está en tus ojos, mi deb… Pídeme lo que quieras menos que te… Si naufragué en tus playas, si ten… soy un cerdo feliz, soy tuyo, más… Soy de este sol que eres, mi solar…
Querida: Qué bien nadas, sin nada que te vista, en las aguas heladas del cálculo egoísta.
Qué difícil es coordinar una mano como una aureola de santo en la cabeza y otra en un plano perpendicular
La muerte lleva el mundo a su moli… Aspas de sol entre los nubarrones hacían el campo insólito, presagiaban el fin del mundo. Giraban margaritas
No soy el viento ni la vela sino el timón que vela. No soy el agua ni el timón sino el que canta esta canción. No soy la voz ni la garganta
Navegar, navegar. Ir es encontrar. Todo ha nacido a ver. Todo está por llegar.
Si te hundiera en una tina, vería el volumen que desplazas. Si te colgara de un pie, hasta qué punto eres un bulto. Estoy perplejo porque eres.
Háblame de las calles y de la nochería submarina, que mece allá abajo su cielo. Y el firmamento aquel
Una tarde con árboles, callada y encendida. Las cosas su silencio llevan como su esquila. Tienen sombra: la aceptan.
Qué bien barres mis sueños, cabeza de bruja, cabeza de escoba. ¿Andas arriba o abajo? Levantas polvo, levantas bronca. Buscas debajo de la cama
A punto de morir, vuelvo para decirte no sé qué de las horas felices. Contra la corriente. No se si lucho para no alejarme
Acata la hermosura y ríndete, corazón duro. Acata la verdad y endurécete