#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX #1938 #Tala
Quedó sobre las hierbas el leñador cansado, dormido en el aroma del pino de su hachazo. Tienen sus pies majadas
Bajé por espacio y aires y mas aires, descendiendo, sin llamado y con llamada por la fuerza del deseo, y a más que yo caminaba
Mi amigo me escribe: “Nos nació u… La carta esponjada me llega de aquel vagido; y yo la abro y po… el vagido caliente en mi cara. Les nació una niña con los ojos su…
La bailarina ahora está danzando la danza del perder cuanto tenía. Deja caer todo lo que ella había, padres y hermanos, huertos y campi… el rumor de su río, los caminos,
Cruz que ninguno mira y que todos… la invisible y la cierta como una… dormimos sobre ti y sobre ti vivim… tus dos brazos nos mecen y tu somb… El amor nos fingió un lecho, pero…
Yo soy una que dormía junto a su tesoro. Él era un largo temblor de ángeles en coro; él era un montón de luces
A beber luz en la colina, te pusieron por lirio abierto, y te cae una mano fina hacia el álamo de mi huerto. Y he venido a vivir mis días
El pinar al viento vasto y negro ondula, y mece mi pena con canción de cuna. Pinos calmos, graves
Amo las cosas que nunca tuve con las otras que ya no tengo. Yo toco un agua silenciosa, parada en pastos friolentos, que sin un viento tiritaba
La mujer que no mece a un hijo en… cuyo calor y aroma alcance a sus e… tiene una laxitud de mundo entre l… todo su corazòn congoja inmensa ba… El lirio le recuerda unas sienes d…
En costa lejana y en mar de Pasión, dijimos adioses sin decir adiós. Y no fue verdad
Siento mi corazón en la dulzura fundirse como ceras: son un óleo tardo y no un vino mis venas, y siento que mi vida se va huyendo
Me has dicho que me amas, y estoy llorando. Me has dicho que pasarás conmigo entre tus brazos por los valles del mundo. Me has apuñaleado con la dicha no esperada. Pudiste dármela gota ...
Una casa va naciendo en duna californiana y va saltando del médano en gaviota atolondrada. El nacimiento lo agitan
Árbol de fiesta, brazos anchos, cascada suelta, frescor vivo a mi espalda despeñados: ¿quién os dijo de pararme y silabear mi nombre?