AYER HABLE CONTIGO
Ayer hablé contigo
y todavía te quiero.
¡Qué extraño tu sonido!
¡Qué lejana tu voz!
¡Qué triste tu recuerdo
a mi pecho llegó!
Ayer hablé contigo.
¡Cuánto tiempo, amor mío,
de espera, de agonía,
a mi alma arrulló.
Y dices que te aman
y te escucho tranquilo.
¡Oh, cuántos vientos rotos
transtornan mi razón!
Ayer soñé contigo
y, ante mí, el imposible
de nuestro amor surgió.
Ya en mi alma no quedan
más que cenizas muertas
del fuego de mi amor;
cenizas aún calientes
que resisten al frío,
que luchan por la vida
con lenta devoción.
Pero ayer hubo un viento
que las resucitó.
Ayer hablé contigo.
¡Qué extraña sensación ¡
Noviembre de 1.967
