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Ceremonias del vientre materno

Me recibe Tonatiuh, en realidad él no está, pero su padre era argentino, así que su familia comprende que trata este ser humano.El local de la madre también se llama Tonatiuh, ¿qué significa? El Sol.
De camino a un ritual anhelado una tremenda excitación acorralaba mi cuerpo, mis pasos firmes y secretos se entumecen Me detuve, me perdí, me compre unas frutas y no encontraba la puerta principal que me llevase de regreso al principio de mi espíritu.
Al cabo de unos minutos y volver sobre mis pasos, encuentro en timbre, pero acostumbrado a que no funcione también, golpeó dos veces la puerta de metal.
Un niño abre la compuerta, me da la bienvenida y sigo bajando unas escaleras de piedra.
Llegamos al patio, la impaciencia brotaba por mis poros y las demás almas esperaban sentadas en una habitación contigua de amplias ventanas.
Algunos respiran, otros se hidratan, el resto platica para aquietar sus ansias.Me llenan el vaso con agua.
La anfitriona o chamana para mi sorpresa se llama igual que la santa  matrona de todes los mexicanos.
El Sol, llamado Tonatiuh, se escondía tras los cerros, solo teñía de anaranjado y rojizo el cielo de Taxco entre sus finas nubes con sus rayos de cristal.
El último trago de agua y listos para la entrada triunfal.
Una limpieza espiritual, sahumar el cuerpo con amplios círculos hacia la derecha para limpiar la energía, armonizar nuestra aura y purificar nuestro cuerpo con el poder del incienso.Una plegaria y nos adentramos de uno por vez por el pequeño semicírculo de tabiques, que conforman una cúpula
Dispuestos cada uno entre hombre y mujer, alcanzamos la correspondencia justa para configurar un círculo completo alternados según sexo.
La compuerta de cobijas se cierra, Guadalupe aumentó el vapor que emiten las piedras calientas colocadas en una de las paredes del domo, con un salpicado de agua, que estaba dispuestas en el centro del vientre.
Los cantos chamánico no se hicieron esperar, no sé si tengo los ojos abiertos o cerrados, la lobreguez es profunda.
El miedo a lo desconocido se hace presente, las preguntas existenciales vuelven a mi mente ¿que hago acá?
Comienzo a controlar de manera uniforme mi respiración, manteniendo la postura recta en flor de loto y dejando que los pensamientos se diluyen, como lo hacía el agua por mis poros.
Una intensa sudoración se manifiesta agradable, una novedosa sensación de purificación del alma, relajación del cuerpo y renovación de las emociones.(1)
¡Ometeo! El grito sagrado de la dualidad, la cosmovisión mesoamericana que atraviesa este ritual, los conocimientos, la organización y la filosofía de las civilizaciones aztecas.
¡Ometeo! Tarareo las canciones en náhuatl. El calor que emanan las rocas es agobiante, nos untamos la piel con el manjar de la sábila.
¡Ometeo! Continuamos con la consagración entre hermanos, un baño de agua fresca nos ilumina desde la cabeza.
El fuego y el agua, desde la tierra hasta el cielo, el ruido y el silencio, lo sublime del cero, la totalidad de la nada, lo perfecto del círculo.
Aquí dentro el tiempo y el espacio no se preguntan, no se lamentan, no se escuchan, no se visita, son uno por separado, son ninguno y son los dos.
El sudor rodaba por mi frente en gigantescas gotas hervidas que explotaban en el suelo.Agachar un poco la cabeza hacia la piernas era la solución oportuna para lograr un hálito de frescura.
Encender la llama de nuestro fuego interior, gritar el silencio, empaparnos con nuestro fueguito, encendernos con nuestra agüita, esta eterna dualidad, estos polos opuestos que se atraen, son dos caras de la misma moneda.Tal es el propósito de navegar en nuestro espíritu, y volver, de resucitar constantemente, desde arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, tan diferentes que son iguales, y sin embargo pugnan y sonríen por cambiar, deseando ser los mismos, así somos nosotros, así son ellos, somo todos uno.
Es ocasión de permanecer en silencio, la oscuridad se halla más sobria.Un canto de paz y armonía más.
¡Ometeo!
La entrada se vislumbra fuera de sus frazadas y salimos por donde entramos, un oxígeno vital rebasa mis pulmones, desintoxicación del cuerpo, claridad de entendimiento y levedad del alma.
La circunferencia del Padre Sol Tonatiuh ya no presente, se fue a la otra parte del mundo.La Madre luna Metztli se asoma curiosa y tímida entre lo cerros, iluminado con su perfecta redondez y gigante en mi asombro, ella la luna llena.

(1 )esa alma pura que se siente prisionera de un cuerpo maltratado por emociones que se perciben omnipotentes e incontrolables.

Preferido o celebrado por...
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