La luna, frente a la imagen de lo… el ancla de lo posible.
como una ventana rota como una biblioteca tras el humo y la llama como una fogata más blanca que naranja como un poeta que habla más que lo que escribe como un hueco que deja ver su fon...
Entre las líneas de tu nombre no residen tus ideas tu nombre no es tu nombre tus palabras son las palabras que… no son tus palabras las ya dichas
Demasiado orden: El mar azul es azul. El sol amarillo es amarillo. Los arboles verdes son verdes y al… Los vidrios trasparentes lo son.
Ja, claro, te abocas a decir cosas que bocas ya dicen que dedos ya dicen eres el completo escritor de letra… o sea nada
che piba te voy a decir mi ultima… porque ya lo sabes siempre lo sabe… es necesario para mi estar leyendo… que vos sabes recontra sabes por n… porque tus viejos se mezclaron bie…
En el fluir de la luz un puente que da sombra y un grillo que aparece y calla en la húmeda noche de la luna. El río y el pasto.
(Después de lo dicho, lo no dicho) ... también este poema es tu recue… algo cuyas palabras el silencio hu…
Relentes de rotas realidades, y en la noche reales neblinas, en el camino, lodo, lágrimas, lluv… sucia humedad nocturna, nocturno frío bajo la inmune luna,
la vida es mágica y la magia es fr… la muerte es fuerte y es una piedr… destinada a una ventana el vidrio es un invento dejando pa… y así como el sol cae
...lo transpira hacia el suelo; el suelo lo abrasa; la brasa del sueño lo despierta; el despertar es una brasa de arena… que con manos lo abraza y quema;
de esta puerta tírame la llave, a este cielo cávalo como a un pozo… riega al árbol con ámbar de sangre… un sin fin de libertad entrégame e… pero no me acaricies el cabello co…
Volviendo, desamorado, indoloro, del presente de un pasado que ya no es,
...arrulla el león el ala de una l… Quiero decir: te ves de té con ese pincel entre… Estamos perdidos en los altos bosq… que alucinan un pasado evo...
ya no sé que es lo que estoy dicie… estoy quebrado mi voz está quebrada disperso entre la nada como una te… el sonido de la tiza ajena