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La cueca del cuerpo y el alma

Discutiendo de la muerte
se encontraban cuerpo y alma,
mientras el pobre moribundo
intentaba hallar la calma.
 
Dijo el alma muy segura:
—¡No voy a morir!
Sólo aquello que es visible
lo pueden destruir.
Como tú, pobre cuerpo,
que en su momento,
serás de los gusanos
el alimento.
 
—Tan confiada pareces
de ser inmortal,
pero toda melodía,
tiene su final.
Como dijo una vez
un viejo santo:
"Si muere la guitarra,
se apaga el canto.”
 
Mejor bailemos juntos,
por el difunto.

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