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Cor Cordium

Te llevaste la luz
pero yo soy mil soles.
 
A tu lado pasé los inviernos más fríos sin darme cuenta de lo que padecía.
 
Yo alguna vez fuí una mujer marchita
Yo fuí por ti tanto, que para mi quedó casi nada.
 
Estuviste justo ahí cuando directo de mis venas te di mi sangre, pero su color no fué de tu agrado.
 
Tomaste el dulce de mis labios, lo convertiste en nada.
 
Me enamoré de una persona tan vacía, que en ese vacío me perdí unos cuantos años.
 
Pero viva estoy y viva me tengo, ya no le temo a quererte porque eso ya no te pertenece, ahora es mío solamente.
 
Me sumerjo en las aguas de tu abandono, de tu no “poder”
refresco mi alma en las noches que se te ocurre aparecer en la memoria.
 
Logré hacer las pases con tu silueta sobre mi luna.
 
Sigo escuchando tus pasos a cierta hora pero tu luz ya no toca mi sueño.

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