Duerme, ya desnuda. El sueño te viste mejor que una túnica.

Naranjas que caían al corral de mi casa de una casa vecina, rodando por las tapias... Encendidas naranjas

Estabas en mí —esperándote— cuando te conocí. Estaba ansioso de mí mismo, imperfecto, increado, en ti.

Tú me llamaste al íntimo rebaño —única voz que manda cuando implor… mientras la burla despreciaba el d… y florecía, en el cardal, la auror… Era la intacta juventud del año.

Si yo pudiera acariciarte, oh fina suavidad de esta música del viento… en las ramas mecidas de la encina.… ¡Oh, si tuviera tacto el pensamien… para palpar la redondez del mundo,

Enterrado vivo en un infinito dédalo de espejos, me oigo, me sigo, me busco en el liso

Por esa fina herida silenciosa que siquiera da paso a la agonía, ¡ay! entra, muerte, en mí, como la… de la hiedra que el sol prende en… Abre —¡aunque sea así!—la última r…

Todo, así, te prolonga y te señala… el pensamiento, el llanto, la deli… y hasta esa mano fiel con que resb… ingrávida, sin dedos, tu caricia. Oculta en mi dolor eres un ala

Tu amor es todo de ausencia. Llegan a mi alma como el aroma de un jardín oculto tus palabras, vagas. No sabes durar. Tu esencia

Para escapar de ti no bastan ya peldaños, túneles, aviones, teléfonos o barcos. Todo lo que se va

Voz interior, palabra presentida que, con promesas tácitas, resume —como en la gota última, el perfum… en su paciente formación, la vida. Voz en ajenos labios no aprendida

Ya empiezas a dorar, octubre mío, con las cimas del huerto, ésas —di… del pensamiento a cuyas frondas fí… la sombra de mis últimos instantes… Corazón y jardín tuvieron, antes,

Ramo del corazón, el que se hace sólo una vez. El que se da, sin ve… No sería bastante todo el abril de… para hacerlo de nuevo.

Nada más, Poesía: la más alta clemencia está en la flor sombría que da toda su esencia. No busques otra cosa.

Una antorcha enemiga alumbra —mientras duermes—el profu… túnel que de mi amor a tu alma lle… Con invisibles puños ¿qué taciturno guardia la sustenta…