Javier Tailhade

La Rosa Blanca (Soneto a Betty)

Ya no miro las rosas como lo hacía antes,
porque tú no estás entre los pétalos jactantes
de belleza y aromas que quedan grabados
a fuego en la memoria de estos niños amados.
 
Pero fácil no se olvidan las rosas amantes
cuando en sueños el tarareo de tu ser cantante
comulga cuando acaricias con dedos curvados
los pétalos que tu alma ya mantiene guardados.
 
No puede olvidarse una rosa blanca
aunque marchita parezca en desgracia
despliega su esplendor en la partida.
 
No se olvida jamás la rosa blanca,
y aunque mustia luzca sin su gracia
es porque ha florecido en la otra vida.
Piaciuto o affrontato da...



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