Mientras tanto, vos; –leve figura–
con tus vestiduras de seda y lino;
con tu cabello empapado de flores
y tu furia disfrazada de mares
mordes mi noche; quebrantada.
Y mientras tanto, yo; –idiota–
empapado en una noche de latas,
animal perplejo,
merodeo cada rincón con la mirada,
tus manos trepan mi cuello
para asfixiarme por última vez.
Y ansioso espero –que me mates–,
que sea ésta vez, la última
las palabras que desprende tu boca
como mariposas o estúpidos mosquitos;
buscando la luz; la muerte.