La piel
Nuevamente, y con cariño infinito: a María
La piel que nos separa;
que decanta en nosotros como ríos
la piel que navego,
entre los mares tuyos y míos
la piel que respiro,
con mis pestañas como manos
y mis labios en su aroma nocturno.
La piel de tus pieles,
tan magnéticas como azules;
como la llegada del alba
como éstas miradas de antes
que se diluyen sin pudor,
sin sangre, en silencio.
La piel como penumbra;
como feroz animal de los sexos,
o como luz de la luna que crece
la piel sin recorrido;
sin caminos como señales,
desnuda, sin aura.