AMANECER
Vienes a mí con el amanecer,
sonriente, ofrecida y ardorosa.
La faz, por el dulce sueño, hermosa,
demandante insolente de placer.
Me giro y somos uno en un instante
y vacío en ti mi hombría y mi aliento,
perdemos la realidad un momento
gozando del cielo dulce y brillante.
Un suspiro postrero el aire llena
y por la pasión, quebrados, vencidos,
el placentero ir y venir se frena.
Y el aire vestido con tus gemidos,
se ha trocado en rumor de hierbabuena
e indolentes nos quedamos dormidos.