¿HASTA CUÁNDO?
(OCTAVILLAS)
En esta España divina
que nos ha tocado en suerte,
todo el mundo se pervierte
por ser tierra de trincones.
Que a políticos honrados,
padres de la patria, digo,
todo les importa un higo
cuando manejan millones.
Cobrando están sobresueldos,
prebendas y regalías,
sinecuras, canonjías,
momios y comisiones.
Y cuando hablan de honradez,
llenando están sus bolsillos
y no se caen sus anillos
porque son unos ladrones.
Y si en paraíso fiscal
aparece una cuenta,
tómanlo por una afrenta
que orquestan sus enemigos.
Mienten, juran y berrean;
dándonos explicaciones,
de bellacos, de bribones,
dignos de grandes castigos.
Pero nunca pasa nada
y los grandes titulares
se transforman en lunares
que pronto serán borrados:
noticias sobre noticias,
y todo sigue girando,
y siguen ellos robando
porque han sido perdonados.
Nadie devuelve ni un duro
y, si visitan la trena,
alguien se muere de pena
y los termina indultando.
Mientras, el pueblo alarmado
va pidiendo explicaciones
y nadie le da razones
del follón que están causando.
Tienen patente de corso,
nada les está prohibido
si los ampara un partido,
que es de todo garantía,
porque son como familia
que lava la ropa en casa
y nadie sabe qué pasa
pues tapan lo que chirría.
¿Hasta cuándo esta sangría
por políticos menguados,
ruines, torpes, paniaguados,
gentes de la peor calaña?
¿Y dónde está la Justicia
que acabe con la locura,
que se lleve la basura
y que deje limpia España?
