Cuando Laso murió, las nueve hermanas
lloraron con tristísimo gemido:
destemplaron sus liras soberanas,
que sólo daban fúnebre sonido:
Gimieron más las musas castellanas,
temiéndose entregadas al olvido.
Mas Febo dijo: «Aliéntese el Parnaso.
Meléndez nacerá, si murió Laso».
Las palabras en azul son las divergencias entre los manuscritos 3.804 y 12.963 de la BNE.