#Españoles
Los Césares antiguos coronaban con laurel a los poetas, y ni un as se gastaba en casa de é… en sazonar los guisos. Pero ya no hay gloria inmarcesible,
¡Míralos bien ¡También se alzarán… y, aunque todos te olviden, ellos recordarán tus ojos de tanta… Es imposible que esta celeste rued… Gire eternamente sin memoria.
Porque sí, el agua echó a correr, saltándose el regat… ¿Hacia dónde? ¿Y qué le importa al agua?
Siempre fue un desgarro la muerte, mas, ahora, los hombres huecos y redondos mueren contentos de no ser para si… Se aplaude en los entierros,
Le pregunté a un cuco pensativo: “¿En qué piensas”? Me respondió: “En nada. Estoy pensando” ¡Cuánto sentí haberle interrumpido…
Diez años esperó que el árbol seco floreciera de nuevo. Diez años con el hacha aguzada y temblorosa, pero el árbol sólo exhibía sus desnudos brazos,
Democrática plebe de gorriones, cuervos y estorninos senadores, oligarquía de pavos reales, loros… cucos exilados, ruiseñores en jaul… El Gran Gallo sobre un montón de…
Luz que se apaga en el crepúsculo de un día de octubre, tan dorado. La pobre mujeruca enciende un cabo de vela, en su pequeña estancia, y no la importan Ptolomeo ni Copé…
¡Oh! ¿Y yo no estaré ya para cuando florezcan? La tierra que me cubra ¿no dará rosas? ¿Sólo hay olvido, ni niebla de mem…
Cuando el maestro Zen llevaba treinta años muerto, una tarde, un pájaro se posó sobre su tumba. Ya no fue necesario
Primero se toma una mimbre, y se la pone en agua, para que pierda altanería, se haga… mandible, y tenga amor; luego se la trenza como un sueño,
Tras la lluvia, en el jardín de arena, un guijarro negro relucía como el ojo del mundo. Y quizá lo era.
Asómate a la ventana: llueven rosa… mariposas quizás revolotean, const… en las aéreas estancias de lo Alto… nacidas allá arriba, donde nuestro… y esperanzas, al subir, sucumben.
Ni el olor de las lilas como enton… la risa de mamá, el cucharón de pl… el evónimo viejo, amarillento, están ahí. No están. Ni siquiera el recuerdo es indudab…
VERDE saltamontes, de hechura aerodinámica te apuesto a que no saltas por encima del monte de mis penas bajas.