Tantas devastaciones, 1992
#Españoles
Matinales neblinas, tardes rojas, doradas; noches fulgurantes, y la llama, la nieve; canto del cuco, aullar de perros, silente luna, grillos, construccio…
Le pregunté a un cuco pensativo: “¿En qué piensas”? Me respondió: “En nada. Estoy pensando” ¡Cuánto sentí haberle interrumpido…
Cuando el maestro Zen llevaba treinta años muerto, una tarde, un pájaro se posó sobre su tumba. Ya no fue necesario
Siendo niño, has visto muchas vece… la pasión y muerte de un murciélag… clavado en la puerta por sus alas, y al que por irrisión se ponía un… en la boca; y has oído
Siempre fue un desgarro la muerte, mas, ahora, los hombres huecos y redondos mueren contentos de no ser para si… Se aplaude en los entierros,
Sol vencido te regala, en la tarde de otoño, el poder y la gloria. Mira tu alargada sombra: nunca serás más grande.
¡Míralos bien ¡También se alzarán… y, aunque todos te olviden, ellos recordarán tus ojos de tanta… Es imposible que esta celeste rued… Gire eternamente sin memoria.
Tras la lluvia, en el jardín de arena, un guijarro negro relucía como el ojo del mundo. Y quizá lo era.
VERDE saltamontes, de hechura aerodinámica te apuesto a que no saltas por encima del monte de mis penas bajas.
Parece que, en Maidanek, los detenidos dibujaban por doquie… ¿Sueño de salir en vuelo de aquel… ¿Sueño de la niñez, tan cándida, mirando mariposas como llamas?
Los Césares antiguos coronaban con laurel a los poetas, y ni un as se gastaba en casa de é… en sazonar los guisos. Pero ya no hay gloria inmarcesible,
Enrojece ya el día, como el agua del charco, cuando las patitas rojas de las gr… las garzas, las cigüeñas, en él se posan un instante.
Democrática plebe de gorriones, cuervos y estorninos senadores, oligarquía de pavos reales, loros… cucos exilados, ruiseñores en jaul… El Gran Gallo sobre un montón de…
Primero se toma una mimbre, y se la pone en agua, para que pierda altanería, se haga… mandible, y tenga amor; luego se la trenza como un sueño,
Ni el olor de las lilas como enton… la risa de mamá, el cucharón de pl… el evónimo viejo, amarillento, están ahí. No están. Ni siquiera el recuerdo es indudab…