Escribir un poema
es fluir en el tiempo,
dar salida a sus luces
del mundo del silencio,
pulir sus rimas;
cantar su ritmo,
para el éxito;
o para el olvido.
Se escriben los versos
en un viejo papiro,
pronto se deslizan
hacia la ruleta del mundo.
El poeta lanzó sus chispazos
salieron de su presidio.
Terminar un poema
es vivir su música y
navegar por sus mundos
de vida.
Dos presos mirando el cielo,
uno vio las estrellas;
el otro lo vio todo negro.