Las tres noches
La primera,
hambrienta,
aparece siempre puntual
como una boca negra, inmensa.
A medida que avanza,
la luz desaparece
engullida por la nada.
Se va tragando
los robles, los helechos,
las flores amarillas de los tojos.
Se come el paisaje
que durante el día
alimenta mi mirada
y lo convierte en una masa
densa, oscura, impenetrable
en la que un niño perdido
se moriría de miedo.
La segunda,
sosegada,
apaga como cirios
los pensamientos de los hombres
dejando tras de sí
una estela de paz
y de silencio.
Es la noche que prefiero.
Íntima y seductora
se sienta a mi lado
mientras leo
y en invierno
me echa por los hombros
su manto de terciopelo.
La tercera,
cómplice,
me invita al amor o al sueño.
Libro: Mi cama es una balsa a la deriva
Autor: Juan Julio Alfaya Fernández
Registrado en el Registro de la Propiedad
Intelectual de la Xunta de Galicia.
