Libro: Mi cama es una balsa a la deriva Autor: Juan Julio Alfaya Fernández Registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual de la Xunta de Galicia.
Cómo nos cuesta amar y dejar libre no poseer ni con el pensamiento no convertir los sentimientos
Deja que la música te posea, que ella te baile a ti, no tú a el… que recorra tu cuerpo y tus secret… sin que éstos le opongan resistenc… que el ritmo se adueñe de tus pies
Te veo sola sentada al borde de la cama alimentándote de estrellas. Aunque tú no lo sepas tu soledad es bella,
Me despiertan a una realidad que no es la mía, me tensan, me inquietan, me empujan,
Mientras nuestras palabras celebraban nuestro encuentro, sin que tú te dieras cuenta te fui robando cosas, misterios, milagros,
Viniste como un ángel. Como mariposa te posaste sobre este árbol cansado y polvoriento, alejado del borde del camino
Cajeros automáticos solo para pobres. No entregan dinero, sino sueños. Sueños para ir tirando un día más
Aunque nadie me ha enseñado el lenguaje callado de las plantas te cuento lo de ayer. Vi a los novios alegres y tranquil… Mi gozo era discreto,
Lluvia menuda que caes blandamente, dulce pájaro de agua que anidas en mi oído, agua eterna
Mis ojos esperan tu mirada hambrientos y abiertos como picos de crías de golondrina anhelando que los tuyos vengan y los sacien
Detrás de la agitación y lo febril se ocultan la rutina y el hastío, por eso yo prefiero morir de amor a fuego lento a ser fulminado
La primera, hambrienta, aparece siempre puntual como una boca negra, inmensa. A medida que avanza,
¿Quién retrasó nuestro encuentro? El miedo. ¿Quién te expulsó de mi cielo? El miedo. ¿Quién robó la paz que en mí pusis…
Nuestra casa será sencilla. Por todo lujo, habrá silencio. Las flores anunciarán la belleza que hay detrás de lo visible. Habrá una ventana abierta al mar.
Mi cama es una balsa a la deriva que flota en el misterio de la noc… Mi cuerpo dormido, un náufrago que ignora su destino. Nadie vigila.