#Españoles #Odas Anacreónticas
Cuando a mi pobre aldea feliz escapar puedo, las penas y el bullicio de la ciudad huyendo, alegre me parece
Filis, ingrata Filis, tu paloma te enseña; ejemplo en ella toma de amor y de inocencia. Mira cómo a tu gusto
Dichoso zagalejo, por aquel verde valle bajaron tus amores, bajaron a buscarte. Cogiendo flores iba,
La rosa de Citeres, primicia del verano, delicia de los dioses y adorno de los campos, objeto del deseo
Al prado fue por flores la muchacha Dorila, alegre como el mayo, como las Gracias linda. Volvió a casa llorando,
Nada por siempre dura. Sucede al bien el mal, al albo día sigue la noche obscura, y el llanto y la alegría en un vaso nos da la suerte impía.
Graciosos ojuelos de dulce mirar, dejadme sentir, dejadme llorar. Si en vos, ojos bellos,
Decidme, zagalejas, si visteis a mi amada bajar con sus corderas por esta verde falda. Decidme si la visteis,
Ofendido me tiene, muchachas, vuestro trato, mucho decirlo siento, mas ya no he de callarlo. Yo os quise desde niño,
Al partir y dejarla, medrosa de mi olvido, me dio para memoria Dorila un Cupidillo, diciéndome: «En mi seno
Pensaba cuando niño que era tener amores vivir en mil delicias, morar entre los dioses. Mas luego rapazuelo
Salud, oh sol glorioso, adorno de los cielos y hermosura, fecundo padre de la lumbre pura; oh rey, oh dios del día, salud; tu luminoso
Viendo el Amor un día que mil lindas zagalas huían de él medrosas por mirarle con armas, dicen que de picado
Ya el Héspero delicioso entre nubes agradables, cual precursor de la noche, por el Occidente sale, do con su fúlgido brillo
Los ojos tristes, de llorar cansad… alzando al cielo, su clemencia imp… mas vuelven luego al encendido llo… que el grave peso no los sufre alz… Mil dolorosos ayes desdeñados