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Educamos, para que?

Acaso envidia la muerte
la potencia de la iglesia?,
que llevan entonces las soberanas
cabezas que eyaculan sus
pupilas hacia el cielo,
encontrando el desastre de la sociedad.
Ciegos los pies caminan hacia la ignorancia.
posesos los hombres se extravían
en la avaricia, Donde ingresa entonces
la educación para exorcizar
la debilidad?,
por que pedimos cobijo a
un estado falto de ventura?.
Pensamos en los pupitres sombríos
arrinconados en la ultima
dimensión de un salón,
y nos creamos, nos parimos con
las letras y la historia, aunque la
sociedad misma nos corte la garganta,
nosotros fuertes, invadidos por la
esperanza acudiremos a una iglesia,
y de nuevo, suicidados moriremos.

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