Cargando...

Carta a Carlos Pío Uhrbach

Miércoles. 25 de Septiembre 1895. Larrazábal.

11 y media de la noche.

Alma y vida mía, mi Carlos, mi amado; Voy a dormirme. Beso con anhelo infinito de besarte, tu retrato que tengo a la cabecera. Como de costumbre abro Gemelas. Hundo la cabeza entre sus páginas donde estás tú ... donde está un pedazo de tu alma. Después me dormiré sugestionada porCarlos Pío Uhrbach tu recuerdo. Soñaré contigo? ¡Ay si soñara! Cuando puedo soñar que te veo que me hablas, soy tan dichosa! Amanezco con el alma conmovida aún por la alegría intensa de haberte visto y es tan profunda la sensación de tu recuerdo que me siento feliz y contenta. Anoche me dormí muy tarde y muy triste. Por qué? No lo sé. Desde el domingo estoy en un estado de irritabilidad nerviosa que me hace sentir intensamente cualquier emoción por ligera que sea. Esta tarde he llorado de ver un lirio recién abierto destrozado por la lluvia. No puedo explicarme este estado de exaltación de mi sensibilidad. ¿Será que me has contagiado de tu extraño mal? Si así fuera me alegraría porque anhelo compartir tus penas y tus dolores. Por evitarte un sufrimiento moral o físico soy capaz de verter hasta la última gota de sangre. Verte sufrir es morir. Es el tormento más cruel para mi alma. La esperanza de hacerte dichoso es mi mejor consuelo cuando me asalta involuntaria la tristeza... Te adoro. Tú no lo sabes... ¡Todavía no lo sabes! Mi pasión es tan intensa como la tuya. Te amo con toda mi alma con toda mi alma y con toda mi alma. Mi universo está en ti. Cuando lo comprendas bien serás feliz. Te amo con un amor supremo que ha traspasado los límites de lo misiva floralhumano porque necesita espacio, el espacio inmenso de los horizontes espirituales.... Tú eres lo único que me conmueve. Patria, hogar, todo todo lo dejaré por seguirte. Donde tú estés estará mi cielo porque estarás tú. Es por esto que me desespera exaltándome hasta el delirio, la idea de que puedas algún día hastiarte de mí, de mi amor infinito. Sé que me amas. Lo sé y lo creo. Si no lo creyera pudiera llamarme verdaderamente desgraciada. Pero la convicción de tu amor me hace dichosa. Te adoro porque me amas y te idolatraría aunque me aborrecieras. Esta es la verdad. Contigo se anula mi inmenso orgullo porque contigo no soy más que alma y corazón. Alma y corazón que te adoran. Comprendo que estoy irremisiblemente ligada a tu alma por lazos inquebrantables. Tengo perfecta conciencia de que te idolatro. Siento que todas las potencias de mi espíritu están convertidas a esta pasión avasalladora. Te has adueñado totalmente de mi ser anímico y has penetrado hasta el rincón más oculto de mi espíritu. Has llegado a constituir mi existencia. Te adoro, te adoro! - Voy a dormirme. Son casi las doce. Dan en este momento. Tengo sueño y estoy fatigada. Ahora siento un enternecimiento súbito pensando en lo que me dijiste la otra noche de que te quería menos. Siento un anhelo inmenso de besarte. De besarte con apasionada vehemencia. De repetirte que te adoro, que soy tuya para siempre, que eres mi dueño y mi ensueño mi esposo y mi bardo. Te idolatro. Me encuentro sola y lloro. Dueño mío! Bésame para consolarme. Dime que me adoras. Te besa tu Juana.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Juana Borrero...



Top