#Cubanos #Habaneros #Modernismo #SigloXIX
Tez morena encendida por la navaja… Pecho alzado de eunuco, talle que… Verde faja de seda, bajo chaqueta Fulgurante de oro cual rica alhaja… Como víbora negra que un muro baja
Madre, los muertos oyen mejor: ¡sonoridad celeste hay en su caja! A tí pues este libro de intimidad, de amor, de angustia y de misterio… murmurado en voz baja...
¡Cuántas noches de insomnio pasada… En la fría blancura del lecho, Ya abrevado de angustia infinita, Ya sumido en amargos recuerdos, Perturbando la lóbrega calma
Polvo y moscas. Atmósfera plomiza Donde retumba el tabletear del tru… Y, como cisnes entre inmundo cieno… Nubes blancas en cielo de ceniza. El mar sus ondas glaucas paraliza,
Noche de soledad. Rumor confuso Hace el viento surgir de la arbole… Donde su red de transparente seda Grisácea araña entre las hojas pus… Del horizonte hasta el confín difu…
Amo el bronce, el cristal, las por… Las vidrieras de múltiples colores… Los tapices pintados de oro y flor… Y las brillantes lunas venecianas. Amo también las bellas castellanas…
¿Quién no le rinde culto a tu herm… Y ante ella de placer no se enajen… Si hay en tu busto líneas de escul… Y hay en tu voz acentos de sirena? Dentro de tus pupilas centelleante…
Tabernáculo abierto de dolores Que ansía echar el mundo de su sen… Como la nube al estruendoso trueno Que la puebla de lóbregos rumores; Plácenme tus sombríos corredores
Tez de ámbar, labios rojos, Pupilas de terciopelo Que más que el azul del cielo Ven del mundo los abrojos. Cabellera azabachada
Yo sé que nunca llegaré a la cima Donde abraza el artista a la Quim… Que dotó de hermosura duradera En la tela, en el mármol o en la r… Yo sé que el soplo extraño que me…
En el verde jardín del monasterio, Donde los nardos crecen con las li… Pasea la novicia sus pupilas Como princesa por su vasto imperio… Deleitan su sagrado cautiverio
En el seno radioso de su gruta, Alfombrada de anémonas marinas, Verdes algas y ramas coralinas, Galatea, del sueño el bien disfrut… Desde la orilla de dorada ruta
Si escuchas ¡oh adorada soñadora! Mis amorosas súplicas, Siempre serás la reina de mi alma Y mi alma la fiel esclava tuya. Mandaré construir, en fresco bosqu…
Yo era la rosa que, en el prado am… Abrí mi cáliz de encendida grana, Donde vertió sus perlas la mañana, Como en un cofre de perfumes lleno… Del lago azul en el cristal sereno
Como vientre rajado sangra el ocas… Manchando con sus chorros de sangr… De la celeste bóveda el azul raso, De la mar estañada la onda espejea… Alzan sus moles húmedas los arreci…