El sentimiento es un paisaje
Es la constancia del arroyo la que me ha invitado a seguirla en inalcanzable atención.
Sin anclarse en una dirección específica, el arroyo lo tiene todo muy claro, bajar y fluir.
Así; transforma suavemente al entorno, que absorto, será su cauce.
El sentimiento es un paisaje, hay que explorarlo.
Vivir el barranco, caer al vacío,
o esquivar la avalancha;
es mejor, dejarnos sepultar.
Entender el hongo de vida mágica, de viaje mágico.
El contraste del cielo.
La felicidad oculta con risa picara, detrás,
la soledad.
Salvaje-mente, se mueve,
se transforma,
grita como la tierra;
el sentimiento.
En él hay volcanes que asfixian,
que calcinan las palabras;
cual placas tectónicas se mueven mis recuerdos,
generando terremotos en mi;
movimientos necesarios.
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