Rótulo Historia
Cuando desperté, el día ya había comenzado, el sol bañaba con entusiasmo las calles atestadas de gentes rebullendo en afán, en la esquina agitaban un periódico a la venta mientras gritaban con urgencia de catástrofe y profecía, “Extra! Extra!”
Crucé la calle, evite dejarme llevar por las corrientes de la carne vestida y de las latas con llantas; vi como el viento convidaba consigo bolsas y periódicos de ayer que fueron cobija de alguien.
Caminé tranquilo hacía la sombra calmada de la biblioteca, entré al recinto de luz sutil que iluminaba los rincones del silencio, y en una esquina reposaba segura de sí una estantería con el rótulo de Historia.
Cuando me dormí, la noche aún no se había terminado.
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