Disculpa
Lamento haber escalado la cúspide de aquella montaña llamada Búsqueda y recorrido el sendero torcido de la muerte, por mi culpa eres nadie, pero para mi mala suerte, también me perdí en ese nefasto camino sin retorno a mis potestades humanas, asesinado por lo desconocido y consumido por lo irreal, por culpa de los pecados de ambos somos despojos y ahora a cada uno le tocará pagar su deuda para romper los cerrojos de la cárcel de nuestros vestigios y seguir una ruta etérea hasta nuestros dominios. Paguemos, muramos y volvamos; al fin y al cabo somos humanos y erramos, pero aunque no se pudiese reparar lo que dañamos, aunque sea, resolvamos esto con la autoridad requerida...
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