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Abrir una herida

Insisto en ser o no ser, un nihilista cavernario.
Las ideas se desbordan por el plato de níquel
buscan el ojo del buey y conviven
con el estiércol de los genios y sabios teóricos.

La política es la entelequia del azar
lo que el amor es a la felicidad
Tan disímiles en su equidistancia
y tan cercanas en sus líneas de horizonte.
 
El mundo visto bajo el prisma de la filosofía
decurre en medio del caos y la algarabía política
no importa si eres de izquierda o derecha
la opacidad de la oposición no da tregua ni fecha.
 
Insisto en ser o no ser, un nihilista cavernario.
Las ideas se desbordan por el plato de níquel
buscan el ojo del buey y conviven
con el estiércol de los genios y sabios teóricos.
 
La mansedumbre de las bibliotecas
guarda la memoria del fuego
quemante de sus pensadores.
Allí se levanta el jeroglífico para
no dejar morir la sempiterna verdad.
 
Algunos dirán que la flor cortada
se vuelve mustia y transida;
que no tiene el mismo olor y savia.
Que sus pétalos inmaculados
irremediablemente morirán
como todo lo que toca la mano del hombre.
 
Nadie la imagina como a la bella Atenea
que por su ignota virginidad
la mediocridad de su vasallo quizo herir su himen
Siendo cegado por su desnudez
repartiese en bellas flores para morar con ella.
 
Jesucristo el gran orador que desbordaba
verbos de amor en parabolas y metáforas
no quiso ser rey de los judíos
prefirió la ignominiosa muerte de la crucifixión.
 
Había mas que solo gobernar un puñado de hombres
Por eso acepto estoicamente el beso de Judás
Y restauró la oreja del tribuno
La semilla de la verdad jamás sería política.
Piaciuto o affrontato da...
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