Amar el Olvido
Si no entendiera que la sabiduría es la fruta prohibida
de los que dando todo sin nada quedan,
diría que la locura alberga la razón, que es la brida
que nos salva de esos amores que nos enredan.
Y apareció la locura diciéndome que te amará
¿Cómo entender ese sentimiento?
Que desarraiga la razón y te impulsa a la aventura
que te desubica y te deja sin limites en el firmamento.
Fueron largas las noches de febriles elucubraciones
donde la alucinación etérea te dibujaba de mil formas.
Unas veces eras la uva del vino de mis pasiones
y otras la musa contracorriente de mis reformas.
Nada parecía igual después que decidiera amarte;
el corazón y el hígado estaban como agua para chocolate.
Los otros sentidos pujaban por ser los primeros
la sangre iba en contra corriente buscando senderos.
Entiendo que pueda amarte y a la vez perder la razón,
parecen dos cosas distintas, pero son una sola a la vez.
El disímil camino de la bifurcación
que nos tienta a tomar atajos de estrechez.
Si no entendiera que la sabiduría es la fruta prohibida
de los que dando todo sin nada quedan,
diría que la locura alberga la razón, que es la brida
que nos salva de esos amores que nos enredan.
He visto trocar a los hombres mas duros y conspicuos
en débiles jacintos de aguas o ramitas de guayabos.
Llorar en portales y atestados bares oblicuos
el amor indiferente que se compra por centavos.
El amor no es mas que un eufemismo
de ese grito silencioso que callamos para no herirnos
que solo la locura trastoca en heroísmo
y damos el salto al vació para no hundirnos.
Necesitamos amar el olvido de que somos nosotros mismos;
encontrar en el otro, ese pedazo de corazón podrido
que curar de lamentos, remordimientos, miedos y egoísmos.
Necesitamos martirizar el sincretismo de lo sucedido.
Jamás será fácil ubicarnos en el meridiano
de que el pecado no es el problema, que el conflicto
es que el amor no es el elixir diáfano
que te devuelve del cielo a la tierra irrestricto.
