Suelo escribir únicamente para poder continuar, escribir es mi refugio animal.
Si no me ves escribiendo, procura buscarme en algún bar bebiendo, en un andén cualquiera fumando o quizá si estás demasiado cansada búscame en algún recuerdo ausente que construimos y que ahora está estampado en tu mente.
Soy humano sintiente, sonriente y doliente, Amador de todas las cosas minúsculas e inalcanzables, un vagabundo apasionado por cada momento que sabe que no se volverá a repetir.
He remendado cada cicatriz que el tiempo y esta vida que pesa tanto me han ocasionado, las curo yo con un hilo blanco, para que nadie venga a querer remendarlas con su hilo prestado, ese hilo ajeno que se llevan al irse para dejarlas nuevamente abiertas.
El anochecer y su cielo estrellado no es aterrador, es solo el mundo en su estado natural y esta oscuridad que tengo dentro no es dolorosa, se encuentra un hombre arrinconado describiendo su tristeza celestial.