Solitario, amargo y cruel
Soy mi propio hogar
mi abrigo en días fríos
mi consuelo. Me escondo en estas letras mediocres; soy un vil desconfiado, solitario, amargo, cruel, serio cuando se debe y me hago el tonto casi siempre.
En mí habitan dos personas distintas; una de ellas la ves charlando y dialogando por las esquinas, el otro soy yo que lo sé todo y juego con tu mente como juego con este cuerpo inerte, yo solo existo en estos escritos.
Soy cobarde como cualquier hombre que tiene miedo a la verdad, soy curioso y a diario cuestiono todo lo que me rodea, quizá sea una de las razones por la cuál me encuentre tan infeliz.
Camino las calles con la mirada abajo para no tropezar y caer, porque no confío ni en mi mismo, la confianza en estos días se ha vuelto una jodida utopía.
De alguna manera extraña estoy en paz así, fumando cigarros, bebiendo odios ajenos y follando su mirada de hipocresía.
Preferido o celebrado por...
