Amo la quietud de los árboles, el bisbiseo de sus copas, la gracia y la velocidad con que s… No están quietos los árboles ni los fijan sus raíces:
Un soldado de España caminaba por la espesura de las tres montañ… Se extravió extrañamente... y del… le cerraron el paso unas ciguapas. «¿Quiénes sois?», preguntó, pues l…
Este rostro alargado, con un dejo de augusta ensoñación y diligente tristeza, cicatriz fija en la fren… (así lo empiezo a ver sobre el esp… este rostro lampiño que bosquejo
Mi hermano y yo bajo las voces temblequeantes, ten… de las abuelas, anduvimos ciudades y países sin no… invadimos palacios, robamos
De niño solía ponerme a horcajadas sobre las rodillas de mi padre; y empezaba a cabalgar... Mi padre, al ritmo de la cabalgata, con voz medio hablada/medio cantada, repetía: «¡Frank M...
—¿Y si despierto? ¿Y si me inundo de grácil brillantez —de ruidosa mudez— en la redonda noche?
Todo lo puedo. El regresar me ha dotado de fuerza… El hogar paterno me dio el sentirm… y moraré tranquilo, enamorado eter… Cual cervatillo herido que vaga po…
El aullido se adentra y fosforece punza la oscuridad (se vuelve el r… el aullido luminoso y estridente el aullido Rompe el cerco la posición del pie
El niño salta la cuna, con leche tibia se desayuna, se va a la escuela
[Esta fabulilla cómica la escuché a temprana edad: ni avalo sus argumentos ni sé si tendrá verdad. Refiero esta breve fábula
Para nosotros la sal y la alegría, la sonrisa entre los pómulos ciego… el endonarnos la risa y el ahora..… y sentirnos los dueños del concierto,
35 Nunca entendí los motivos de escribir obras extensas... ¡Qué lejos vanse a buscar la verdad o la belleza!
De pequeño imaginaba tus contornos y buscaba la linde a tus dominios. Eras alto, grueso y fuerte, no des… la noche, te ocupabas en cumplir lo puesto a…
—¿Qué impulso de la luz no se deti… si lo ordena el vacío de tus ojos? Ante ti, como al soplo, me proster… Ante ti, como en vado, me arremang…
—Corrí una vez al aire y me perdí… Toqué profundos páramos y timbres… Pero he vuelto, Dador, y hoy heme… recibiendo tu amor a torrentes, a… ¡Señálame! Tu dedo no acusa ni me…