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Rara, no especial

  No soy “normal”. Definitivamente no soy una adolescente tipo. No sólo yo no me considero una, sino que mi entorno no se cansa de decírmelo. No me molesta, de hecho cuando me dicen que soy rara les contesto que para mi es un cumplido eso. No miento, me gusta ser diferente, solo que a veces me siento demasiado como un pez fuera del agua, y siento como me falta el aire... Sino mirame ahora: un sábado a la una de la mañana sentada en el sillón con un jardinero y mis rulos, al lado de mi gato, escribiendo esto...
  Los chicos se fascinan conmigo cuando me conocen, la mayoría de mis amigos se enamoraron de mi o les gusto o se confunden... Me encanta gustar por mi personalidad, por lo que soy y no por cómo me veo, pero siento una presión enorme con cualquier chico ahora, porque aunque crea que existe la amistad entre el hombre y la mujer, la experiencia personal no me ayuda a corroborar esa idea...
  Y siento que me quejo de llena: cuando nadie gustaba de mi, porque no, ahora que lo hacen, porque si... La diferencia es que antes le prestaba atención sólo al físico, y claro, tenía el autoestima por los suelos; y ahora que miro mi personalidad... igual tengo el autoestima bajo... Me siento poco, todo el tiempo. No puedo entender que alguien se enamore de mi. Me la doy de segura por la vida pero no entiendo cómo genero esas cosas en los demás si soy Yo, estamos hablando de esta adolescente a la que le gusta ir contracorriente y que todo el tiempo se siente juzgada por las personas que, en teoría, deberían ser las que más le dan ánimos.
  No me malinterpreten, soy la primera que se niega a encapsular en estereotipos a las personas; estoy muy convencida de que en realidad nadie encaja en esa falsa imagen, a menos que quieras tanto encajar que sacrifiques tu autenticidad por ponerte ese estúpido disfraz.

  Me enamoré de dos personas en mi vida: una estaba muy confundida de lo que le pasaba y después de estar dos veces conmigo se terminó todo, por mútuo acuerdo, un silencioso acuerdo; la otra está muy segura de lo que le pasa, y yo también lo estaba, o lo estoy, sigo dudando eso a veces, pero el destino nos cruzó con 20 años de diferencia, todo un drama para los estereotipos...
  ¿Sigo enamorada? No lo sé... De momentos puedo asegurar que no, que “ya se me pasó”. Pero hoy... madre mía... te miré con los mismos ojos con los que lo hacía antes, con la mirada atontada, y estoy asustada, no quiero que nadie salga herido de esta situación. No hace falta aclarar que tu mirada nunca cambió, seguís mirándome con el corazón en los ojos, mirándome al grito silencioso de un “abrazame, por favor”.
  ¿Habré tomado demasiado rápido esta decisión? El sólo pensarlo me aterra.

  Quiero tequila y un abrazo.
  Punto.

18/03/18

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