Refugié en alcohol, la confección que
guardada por miedo; y por no tener el
momento, ni tan siquiera el derecho
de pronunciar tantas verdades,
de la nostalgia y el tan osado cariño.
Me sorprendió el encuentro de la
importuna hora, que me llevo a delatar
tanto secreto; y todo ese tiempo silencio.
Se me enredaron palabras,
por el aprecio, la emoción y el corazón
que disparaba; sin saber lo que decía,
pero si lo que sentía.
Se desvaneció todo lo sembrado,
y lo que había esperado, para confesar a
tanto tiempo; se desvaneció por olvidar
que una vez quise con respeto,
y fue la única vez que fui yo mismo;
la vez que espere por muchas veces,
y la única vez que perdí.
Hasta aleje la ilusión que esperaba, y
pensaba que podría suceder;
todo un tiempo añorado, todo se
desvaneció, por tan importuna hora,
y no saber contralar palabras,
que salían de un corazón ebrio y
emocionado; por el simple echo,
que se acordara de mi.