La Espera ....
El reloj dibuja horas que no quieren pasar,
la noche teje sombras sin querer despertar.
La puerta sigue intacta, cerrada con temor,
y el aire guarda ecos de un posible rumor.
Se escuchan susurros que el viento desordena,
promesas olvidadas que arrastra la arena.
La luna, muda testigo, no sabe qué decir,
y el alma, entre preguntas, se cansa de sufrir.
Las calles están vacías, no hay rostro que buscar,
el frío dibuja el tiempo sin poderlo tocar.
La espera se hace agria, como un pan sin sal,
y el pecho, poco a poco, se vuelve un cristal.
No hay estrellas que guíen, ni farol que alumbre,
solo un nombre que flota entre niebla y costumbre.
Las manos se entrelazan, pero es humo lo que hallan:
un abrazo invisible que la oscuridad calla.
¿Por qué seguir aguardando si no hay nada que esperar?
El futuro es un barco que no sabe atracar.
La tierra está tan fría, el cielo tan hostil,
que hasta el sueño más leve parece imposible huir.
Y aunque el alma insista en pedir una señal,
la vida solo ofrece un vacío habitual.
No hay rostro en la bruma, ni voz que conteste...
Solo el eco del miedo que nadie detiene.
—Luis Barreda/LAB