Sé Imperfecta
Equivócate, tropieza, vuelve a intentar sin temor,
que en cada error que cometas, nacerá tu propio valor.
No hay camino sin caídas, ni victoria sin dolor,
pues quien no arriesga el alma, jamás alcanza la flor.
Confía en tu luz interna, en el amigo sincero,
que en sus manos llevan espejos de un mundo verdadero.
Aunque a veces duela el llanto, aunque el miedo sea certero,
mejor vivir con el pecho abierto que en un invierno eterno.
Crece no solo en años, sino en risas y en raíces,
que el viento fuerte del miedo no apague tus cicatrices.
Cada herida es una historia, cada espina un aprendizaje,
y en el suelo de tus luchas, nacerán nuevos oficios.
Cree en la niña que fuiste, en la que sueña sin fin,
aunque a veces no te entiendas, aunque cambies hasta el fin.
No importa si hoy te pierdes, si no ves tu propio albor,
basta abrazar las dudas y pintar tu propio sol.
Cae, que en el polvo aprendes a escuchar tu propio aroma,
y al levantarte, recuerda: no se anda sin pisar loma.
Sigue las huellas que un día dejó tu risa en la arena,
y si la noche te ahoga, baila con tu propia estrella.
Ámate sin condiciones, como el mar ama al rocío,
no mendigues cariño, si ya eres dueña del brío.
Amar es dar sin cadenas, es volar sin romper nidos,
y encontrar en tu propio abrazo el refugio más querido.
El miedo es sombra que huye si enciendes tu corazón,
no te hagas pequeña, alza el vuelo como un halcón.
Valiente no es quien no teme, sino quien, aun con espanto,
teje alas con sus heridas y despierta entre los llantos.
Vive cada instante a fondo, que el ayer ya es un suspiro,
no guardes solo recuerdos, siembra trigo, no solo giro.
El éxito no es una meta, es el pan que comes lento
mientras luchas por un sueño con las manos en el viento.
Equivócate de nuevo, sé torpe, sé desmedida,
que en tus grietas florecerá la más sabia de las vidas.
No hay molde que te contenga, no hay espejo que te defina,
¡alza tu voz imperfecta y escribe tu propia rima!
Sé tú.
Siempre tú.
—Luis Barreda/LAB