¡Pancho Ibero! Tronco de honda ra… y encarnación de la América españo… Una ola te trajo a las playas de… ¡Pancho Ibero! ¡Bendita sea la ol… Tramas la dictadura, pero armas la…
Esta noche la luna no quiere que y… Esta noche la luna saltó por la ve… Y, novia que se quita su ropa de a… toda ella desnuda, se ha metido en… Viene de lejos, viene de detrás de…
Cuando salí de collores fue en una jaquita baya, por un sendero entre mayas arropás de cundiamores. Adiós, malezas y flores
Linda rubia: las otras lindas rubi… saben que tú eres la más rubia ent… ¿De qué áureos medievales, de qué… de virreinos en flor, de qué moned… por el roce de siglos derretidas,
Mi gallo ama el bosque umbrío de la verde cordillera y la caricia casera de la hamaca en el bohío. Cuando lanza su cantío,
(A Félix Matos Bernier) Bajo el manto de sombras de la pri… la mano de Elohím, ahíta en el der… de la bíblica luz del fiat omniful… te amasó con la piel hosca de La s…
Guíñale al sol la cabaña. El río es brazo que se pierde por entre la manga verde que cuelga de la montaña. El yerbazal se desbaña.
¡Ojos tuyos! Ojos negros, que el… Pupilas que se dilatan ante la azu… Astros donde la luz se ennegrece para que haya estrellas en la clar… Viajeros en que el polvo de la Ví…
Como medialuna blanca en la medianoche negra, tu blanca piel es la lumbre que aluza mi hosca tristeza. Tu piel le reza de noche
Para asomarme, desde mi alma, al m… ábrete y serás tu la única puerta. Ábrete en un amor tan ultrahumano que se salga del caso de la tierra… Ábrete en el temblor de la mirada
Niño, de noche lanzábame a la selv… acompañado del negro viejo de la h… y cruzábamos juntos la manigua esp… Yo sentía el silencioso pisar de l… y el aliento tibio de sus bocas ab…
Deja, jibarita blanca, deja que el jíbaro cante y que a medianoche suba la Cuesta del Asomante. Deja que el jíbaro cante,
Bella ficción de reinas y de reyes… Oh, carnaval, alegre carnaval, que unces tus yuntas de mejores bu… y aras la carne en el vaivén del v… Arado quo revuelcas corazones,
Ya está el lucero del alba encimita del palmar, como horquilla de cristal en el moño de una palma. Hacia él vuela mi alma,
El—La historia de nuestro amor, que aún sahúma tu memoria, fue breve como la historia de la abeja con la flor. Prisionera de la flor,