Te había dicho que te quiero regalar planetas.
Vida 1. | Vida 3.
Que importa quienes dicen que los contratos en el amor deben ser parejos. No expresarte por el “que pensaran” de las otras personas.
Te había dicho que te quiero regalar planetas, ya no sé, ya no bastan similitudes, tengo tantos universos para darte, pero algo he aprendido, no es suficiente nada cuando das, siempre es mejor construir, se cuida más.
Todos los poemas no alcanzan para describir tu belleza, decirte que tienes el cabello tan lindo.
No bastan las centellas, las supernovas, las nebulosas de colores. los cometas que existen en tus ojos, el panal de abejas que tienes en tu cabello.
Hay un montón de cosas que no conozco y quiero conocer de ti, simples detalles, por ejemplo si tomas café por las mañanas, si suspiras mientras lees un libro, si cuando llega la lluvia llega también tu tristeza.
O no lo sé, podrías ser de las mujeres que tienen el fuego helado de Orión en tu rostro, y unos causares por manos. Sé que eres tu, a la que le gustan las letras, la que no se complica la vida en buscar personas por medio de las hojas que lee y compara.
Muchos deben querer conocerte, y no sé que dudas te agobian, que si de verdad estarán enamorados de ti, o simplemente te acompañan.
No lo sé, algunos deben terminar anclados en el mar de tus mejillas, pero ojalá que no, yo quiero estar ahí.
Quiero de tus canciones tu boca, tu canto, la felicidad de tararear tu canción favorita.
O si quizá alguna vez yo pueda ser tu pata de conejo, tus gotas de luna, tu buena fortuna.
Pareces el fin del mundo.
Te veo y pareces impenetrable, eres una mujer que aparenta ser fuerte, que no deja entrar a nadie, pero se que un día lo harás conmigo; no me puedes querer con todo el manto de las estrellas que te protege.
Pero yo de poesía no vengo a contarte nada, muchos chicos debieron construir ciudades para alcanzarte, puentes para rozar tus labios.
No te puedo contar nada porque tu eres poesía y no desapareces.
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Te quiero llevar de la mano y no puedo ahora, Me limito a imaginarte sonreír, no se si cuando te conozca tengamos el coraje de construir la vida, de susurrarte al oído, tomar una copa de vino.
Prométeme que vamos a intentarlo y sin pedir permiso hacer de este mundo nuestro lugar favorito.
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