#EscritoresEspañoles #Generación27
Al ver por dónde huyes Dichoso cambiaría Las sendas interiores de tu alma Por las de alegres campos. Que si tu fuga fuera
Éstas son las rodillas de la noche… Aún no sabemos de sus ojos. La frente, el alba, el pelo rubio, Vendrán más tarde. Su cuerpo recorrido lentamente
Yo y la luz te inventamos, Ciudad que ahora en un alba De fantasía y de sol Naces al mundo; Ciudad aún imprecisa,
Las sendas que me obligo A recorrer por ti, No las borra la vida, Y en vez de flores, una venda, Dura como una máscara,
Hice bien en herirte, Mujer desconocida. Al abrazarte luego De distinta manera, ¡Qué verdadero amor,
Se levantó sin despertarme. Andaba lenta, aplastándose tanto Hasta pasar bajo imposibles Sitios huecos, O estirándose fina como un ala
Amor, sólo te muestras Por lo que de mí arrancas, Aire invisible eres Que despojas mi alma Manchando el limpio cielo
Si para ti fui sombra Cuando cubrí tu cuerpo, Si cuando te besaba Mis ojos eran ciegos, Sigamos siendo noche,
Profeta de mis fines no dudaba Del mundo que pintó mi fantasía En los grandes desiertos invisible… Reconcentrado y penetrante, solo, Mudo, predestinado, esclarecido,
Quiero vivir para siempre En torre de tres ventanas, Donde tres luces distintas Den una luz a mi alma. Tres personas y una luz
Hubiera preferido ser huérfano en la muerte, que me faltaras tú allá, en lo misterioso, no aquí, en lo conocido.
¡Qué golpe aquel de aldaba Sobre el ébano frío de la noche! Se desclavaron las estrellas frági… Todos los prisioneros percibimos El descoserse de la cerradura.
¡Qué sola estabas por dentro! Cuando me asomé a tus labios un rojo túnel de sangre, oscuro y triste, se hundía hasta el final de tu alma.
Tanto mundo que he visto, todo el… Ahora cuando estoy solo no me bast… Para mi vida ni para mi sueño. Y sin embargo, cuando estoy contig… A flor de esa imprecisa superficie
Era mi dolor tan alto, que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura. ¡Qué pequeños resultaban