¿No te bastan los rayos de tus ojo… de tu mejilla la purpúrea rosa, la planta breve, la cintura airosa… ni el suave encanto de tus labios… ¿Ni el seno que a Ciprina diera e…

Llegó en sordo lamento al Manzana… El grito de los pueblos que cayero… Y piadosas sus bellas le ofreciero… El fruto de sus célicos cantares. Llevolo el eco hasta los hondos ma…

¿Por qué, si te hizo bella, más pura que la aurora, el ciego Dios de Gnido, más que su madre hermosa, por qué de enojo y rabia

No más llorar, Miguel; que la esp… torna el busto del dueño malogrado… Si bien la semejanza, por no afligirte el alma conmovida… del artista el cincel disimulado

Bastante tiempo, oh Rey, la reful… Antorcha de Himeneo ardiste en va… Y un sucesor al Trono inútilmente Esperó de tres Reinas el Hispano. Sí: salud a Cristina que esplende…

Llamas, Fabio, a tu papel con petulancia, sagrado, por eso se alberga en él Fabio mío, tanto malo. Si has de poner por justicia

Llamas, Fabio, a tu papel con petulancia “sagrado”, por eso se alberga en él, Fabio mío, tanto malo. Si has de poner por justicia

¿Por qué, mariposilla, volando de hoja en hoja, haciendo vas alarde ya de inconstante y loca? ¿Por qué, me di, no imitas

Las miserias del hombre canta Talidio; y yo al oírle, todas ya las olvido. Porque es entre ellas