#Mujeres #Uruguayos
Se adelantaron en el aire como bai… Quedé espantada. En puntas llegue… Pero, la mariposa estaba allí. Se… A veces, como una pesadilla, llamo…
Desde la medianoche de las confite… Saliese el puma, desde su emboscad… bajo las brumosas estrellas y cand… por todos los rumbos, desde esa cualquier esquina,
Yendo por aquel campo, aparecían,… cosas. Las llamaban por allí, virt… verdad eran la producción de seres… que nunca se salían de su lugar. Estancias al parecer, del otro mun…
Este melón es una rosa, este perfuma como una rosa, adentro debe tener un ángel con el corazón y la cintura siempr… Este es un santo,
—Usted nunca tuvo hijos. —No. Aunque, un día, cuando era c… lagartos. En cartílago grueso y an… —Eh. —Sí. Iban por la hierba. Al parec…
Mi alma es un vampiro grueso, gran… alimenta de muchas especies y de s… noche, la encuentra, y se la bebe,… Mi alma tiene miedo y tiene audaci… con rizos, vestido celeste.
Domingo a la tarde, y voy por el huerto sin recordar cómo salí y llegué hasta acá. El cielo es de oro, deslumbrador, y de los naranjos caen frutas y flores. Trepo a uno, según mi costu...
Cuando fui de visita al altar usé vestido de organdí celeste más largo que yo, por donde, a ratos, sobresalía un pie de oro, tan labrado y repujado, desde el seno mismo de mi madre. ...
Los hongos nacen en silencio; algu… otros, con un breve alarido, un le… blancos, otros rosados, ése es gri… la estatua de una paloma; otros so… Cada uno trae –yeso es lo terrible…
La tierra que papá compró cuando éramos niñas, quedaba frente del infierno; pero, era tan hermosa; los árboles gigantescos, y las achiras que parecían mujeres con la mantilla negra y la...
Las flores de zapallo corren por el aire y por la tierra como una enredadera de bengalas; mi madre las siega, las pone en el cesto; de pronto, se estremece, queda inmóvil; pero, huye ha...
Me acuerdo de los repollos acrespo… nieves de la tierra, de los huerto… porcelana más leve, los repollos c… Y las altas acelgas azules. Y el tomate, riñón de rubíes.
Al mediodía, las ásperas magnolias y las peras, los topacios con patas y con alas; azucenones, claros, rojos, semiabiertos; la casa de siempre, el patio familiar, parecían el paraíso, p...
Para cazar insectos y aderezarlos,… Les mantenía la vida por mayor del… A la noche, íbamos a las mesitas d… En torno, estaban los rosales; las… Se oía el run run de los insectos,…
La hija del diablo se casa. No sabíamos si ir o no ir. En casa resolvieron no ir. Ella paseaba con la trenza brillando como un vidrio al sol. Vestido celeste. Y las pezuñas delicadísima...