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Penumbras

Era se una vez ella al otro lado de la ciudad y yo sumergida en el regazo de la tristeza, sentada en un borde fronterizo entre el sentir y la soledad.
Sucumbiendo por completo a las penumbras, resolviendo acertijos que naufragan en una mente absorta.
Juro por estas manos que le han escrito una docena de poemas, que este amor ha sido inmaculado e inocuo y que no soy aquella que describen.
Lo juro, lo juro, lo juro por mi alma sesgada de dolor, que todas aquellas descripciones son ajenas a mi nombre, hace un tiempo ya que me despoje de las ropas que utilizaba como armadura para proteger mi lúgubre cuerpo.
Aquí me quedaré en silencio rasgándome los miedos, no haré más ruido en tu vida, me levantaré con vigor el día que aquella justicia externa al hombre haga mella en la vida de quienes pusieron empeño en hurgar en mis más profundas heridas...
Hasta entonces, deseo que la vida apremie tu sonrisa y le dé alas a tu empeño, que tengas a favor la brisa y que nada perturbe tus sueños

MAHD

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