Contemplando a las niñas en la cun… el ángel de la guarda así decía: ¡Cuán bellas son! su mísera fortun… a la región del llanto las envía! Unidas duermen, cándidos jazmines,

A su ley te rindió Naturaleza, de la pasión irresistible al grito… y huyes del mundo, juez de tu deli… a ocultar tu desdicha y tu flaquez… Un inocente que a vivir empieza,

La soledad voy buscando, y yo no puedo encontrarla: en mi soledad más grande siempre el dolor me acompaña. Con la risa de mis labios

Nació una flor al pie de unas ruin… donde no la vio nadie: el sol no más, desde su eterna alt… supo que aquella flor vivió una ta… Así fue mi destino; vegetando

¡Sevilla! suelo fecundo lleno de luz y grandeza, ¿qué diré de tu belleza, que ya no haya dicho el mundo? Nunca mi afecto profundo

Como la amante yedra al muro asida… como dos aves juntas en su vuelo, como lago tranquilo copia el cielo… mi vida fue reflejo de tu vida. ¿Y has podido partir, alma querida…

Del hogar escudo fuerte Dios hizo que el hombre fuera: ¡ay si por terrible suerte se lo arrebata la muerte a su débil compañera!

No puedo más: mi corazón se parte de sus dolores al impulso fiero; que llegue un día en que te olvide… y no tengo valor para olvidarte. Que fue en la tierra mi destino am…

Al torcer una curva del camino lo diviso a lo lejos, con sus casitas blancas cual palom… y sus floridos huertos; en derredor de la vetusta torre

Tengo un amigo: el sólo que me res… de los que en otro tiempo así llam… y ya me arrebataron el olvido, la muerte o la distanci… Tierna amistad nos une

Como labra el artista inteligente, del tosco barro, caprichosas flore… ánfora o busto, que el salón lucie… adornarán después con sus primores… Así labra también la inteligencia

No sé qué pensará mi antiguo amigo al ver que en tanto tiempo, atrás… con mi largo silencio el suyo obli… Perezas del espíritu cansado, envuelto en los afanes del present…

Huye el invierno: a tu sonrisa pur… nacen las mariposas y las flores; los pájaros, tus dulces trovadores… celebran en la fronda tu hermosura… Los campos con su verde vestidura

Primero la niñez dulce y serena, sin inquietud ni pena, resbalando entre juegos y sonrisas… ¡puro y naciente albor, fresco cap… indescifrable arrullo

¡Hermanos!: ¡Paz y salud! Alzo mi voz dolorida, que es voz de la senectud, y os saludo conmovida con frases de gratitud.