AL OTRO LADO DE LA HABITACIÓN
Entre el frío invierno,
cuando ni un centímetro de los algodones
tengo para abrigar MI congelado cuerpo,
en donde se posan las gotas
que de entre la lluvia caen por la ventana,
tomando la compañía de las lágrimas de confusión;
no puedo evitar que tu nombre
se entre marañe cruzándose en el camino de mis palabras.
Dos pasos por cada suspiro,
el sucio vestir con que se abriga un destrozo,
besa y besa mi alada cama,
donde duerme mi diario sufrir.
Allí aparece el fantasma de la desilusión,
quemando la vista que no se refleja
que demuestra un poco de mi existencia,
pero veo los ojos
azotados en el destierro del camino
que se esconden tras su vulgar complacencia...
