El silencio me preguntó:
¿cómo olvidar a quienes olvidan
y ser olvidado por quienes me acompañan
cuando son olvidados?.
Mi respuesta breve fue:
sé tu mismo,
no hagas lo que hacen todos,
siempre sé el mejor
y preocúpate por tu futuro.
si niño fuera el silencio,
olvidado ya sería
siguiendo mi perfecta fórmula
que ninguno seguiría.
y hablando con el silencio
soy de quienes no lo olvidan
porque al no encajar en el mundo,
aparte de Dios es su compañía...