A cada letra de poema saltas,
a cada luz de luna te presentas
y no puedo dejar de pensar.
Pensar las delicias de las noches
que desquician y me amargan
que consumen y hacen llorar,
pues se acercan como coches
dispuestos a arroyar.
¿Qué daría por uno?
Por uno de tus besos,
que merme en oportuno
tiempo, la sed que de ti siento
en tan mal momento.