Noches
Esta noche
las sombras de estas cuatro esquinas
me penetran profundamente el alma;
me carcomen
y a balbuceos me tiran del colchón.
Mis miedos se han adueñado de mi,
creen que les pertenezco
pues tras mis oídos necios charlan
sin pudor,
juguetean saltando de lado a lado.
A dormitadas
una gota de sudor pasea por mi frente
dos gotas y tres,
cabellos enredados en las uñas,
y el reloj que ha permanecido inmóvil
mientras cuento las horas con mis dedos,
noción es lo que poco que queda ya.
El frio viento que se cuela por la ventana
devora los huesos
pleno invierno estamos describiendo.
La cama donde pequeña fui arropada
ahora es un puño de clavos
filosos, viejos y oxidados.
Si caigo me enveneno,
si me mantengo
me deshago,
si duermo me quiebro.
